Por Mariela Paesani
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Bajar las escaleras de Avenida de Mayo 575 es ingresar a un mundo sorprendente y oculto, de luces y sombras que contrasta con el ritmo de locura que se vive en la ciudad. Pocos se imaginan lo que sucede en estos días cuando se desciende al subsuelo del antiguo Diario La Prensa, hoy Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, donde se realiza la muestra “Cosmópolis, Borges y Buenos Aires”. A través de fotos, videos, textos e instalaciones sonoras y visuales, se puede transitar la vida de Jorge Luis Borges, su amor por los libros y por la ciudad de Buenos Aires.
La exposición, creada por el artista argentino Juan Insúa, se divide en siete secciones; su circuito es acompañado por los compases de una banda sonora original y las palabras del escritor. Esta muestra coincide con los 25 años de la muerte del autor y con el nombramiento de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro por la UNESCO.
Al comienzo del recorrido descubrimos al primer Borges, sus recuerdos familiares y el barrio de Palermo. Allí, en el barrio de su niñez, el escritor iniciará un espacio poético literario, rescatando el valor del barrio del sur, alejado de la ciudad y del puerto. También se nos cuenta de su viaje a Europa, de los escritores que conoció: Rafael Cansinos Assens y las corrientes de vanguardias, como el ultraísmo, de donde recibió importantes influencias.
Continuando con este camino literario nos encontramos con su primer libro: Fervor de Buenos Aires y las tres revistas: Ultra, Prisma y Proa. Más adelante, una mesa con documentación y fotografías de los dos grupos literarios de la década del 20: Florida (al cual pertenecía Borges) y Boedo. Vuelve a llamar la atención la puesta en escena de la muestra, en donde el aspecto estético prevalece, si bien la presentación de la documentación histórica y literaria es importante. Por eso no falta la mención a Norah Borges su hermana, y a sus amigos y maestros, a quienes consideraba genios, Macedonio Fernández y Xul Solar.
Al descender un subsuelo más, nos sorprende nuevamente la tecnología y desde la oscuridad nos envuelve un rosado crepúsculo, momento del día que a Borges lo inspiraba: “Buenos Aires nos impone el deber terrible de la esperanza, a todos nos impone un extraño amor, el amor del secreto porvenir de su cara desconocida”.
Pero lo más mágico no ha llegado aún. En un espacio aparte, espejos y pantallas de video reproducen el sentido del laberinto de “La Biblioteca de Babel”. Una instalación que asombra y demuestra la importancia de la biblioteca en el universo borgeano. Se proyectan textos y símbolos que circulan y se reflejan de manera envolvente. Y entre amarillos, ocres y sombras se refleja el visitante en un juego de espejos, en un juego múltiple e infinito ¿Infinito? Tal como se recuerda que es el número de páginas de “El libro de arena”.
Luego de haber recorrido esta exhibición circular y laberíntica, nos vamos con el concepto que da nombre a la exposición: Cosmópolis. Ser ciudadano del mundo, del cosmos, poder ser uno pero en todos. Él mismo se ocupa de explicarlo: “Creo que es buena esa ambición de ser cosmopolita, esa idea de ser ciudadanos no de una pequeña parcela del mundo que cambia según las convenciones de la política, según las guerras, con lo que ocurra, sino de sentir todo el mundo como nuestra patria”.
Información: Muestra abierta durante diciembre de 2011, de martes a domingo de 14 a 20 hs. Visitas guiadas: miércoles a domingo a las 14, 15, 17 y 18 hs. Subsuelo de la Casa de la Cultura de Buenos Aires, Av. de Mayo 575, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.