Si el Papa se ríe, es noticia. Si el Papa se pone serio, también. Si recibe a uno, si no recibe al otro. Un sinfin de políticos búscan legitimidad en la figura de un líder de religioso para posicionarse en una democracia joven como la Argentina. Y nadie plantea el debate de fondo: ¿el Estado debe estar separado de la religión? ¿Es conveniente seguir sosteniendo en la Constitución el culto católico apostólico y romano? "La Argentina es el único país con fichero de culto", dice Fortunato Mallimaci, investigador del Conicet en temas de identidad religiosa en una charla sobre qué vinculo debe haber entre política y grupos religiosos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario